Todo empieza por la verdad, la crónica, la confesión documental de unas niñas anónimas, hijas de pescadores, olvidadas del futuro, habitantes del pueblo de Santa Fe, entre Cumaná y Puerto La Cruz, en Venezuela. Con la sinceridad de la niñez, el desenfado de la costa, la gracia del oriente venezolano, la musicalidad del Caribe, nos hablan del amor, del hombre de sus sueños, de lo que quieren y de lo que no quieren... Sus voces sirven de base para construir la ficción teatral que nos sorprende pues hace coincidir a mujeres de distintas edades y procedencias, circunstancias y cosmogonías, al aire libre, a pleno sol, sus sábanas secándose al viento, su intimidad expuesta, la palabra directa, honesta y pícara, que se vuelve poesía sin querer… porque todas somos Niñas de Santa Fe. En este retrato en el que nos vemos expuestas en las pequeñas cosas, que son el fundamento de las grandes cosas.